Psicóloga María Dolores Galiñanes

El 22 de octubre Día Nacional del Derecho a la Identidad

En el año 2024, y a partir de la Ley N° 26.001, el Congreso Nacional instituyó el 22 de octubre como el Día Nacional del Derecho a la Identidad para conmemorar la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo.

La identidad en nuestra nación, que es un país dependiente de los imperialismos, asociados a las clases dominantes locales: terratenientes y burguesía intermediaria, es necesariamente una identidad contradictoria, con elementos en lucha.

La identidad es identidad de clase social, ya que tiene relación con la ideología, y esta ideología está enlazada a la defensa de los bienes materiales.

Por tanto, los sectores populares tenemos el derecho y el deber de reforzar la construcción de una identidad propia que contemple nuestra historia de luchas por una vida digna y continúe desarrollándose en ese sentido.

En este momento de nuestro país, en que el gobierno y los intereses que representa intentan imponer ideas contrarias a nuestras necesidades y derechos elementales —alimentación, salud y educación pública y gratuita, vivienda, acceso a la tierra, trabajo, desarrollo de la cultura, derecho a la protesta—, defender una ideología que se enlace con estas necesidades y refuerce una identidad al servicio del pueblo es de fundamental importancia.

Desde el enfoque de la Psicología Social, la salud mental implica el desarrollo de una conciencia crítica, que promueva la reflexión sobre las necesidades que tenemos como pueblo y como personas situadas en él, y puedan ejecutarse las acciones colectivas pertinentes para la transformación de una realidad actual, cruel y perversa.

Las Madres de Plaza de Mayo son un ejemplo de lucha por la verdad, la justicia y la memoria colectiva. Son un ejemplo de salud mental y de consolidación de una verdadera identidad.

Las luchas del pueblo por una sociedad que cobije a las mayorías son patrimonio de nuestra identidad. La identidad es el resultado de un proceso continuo de construcción a nivel individual y colectivo, en el que elementos contradictorios se unen y se mantienen en tensión.

La Psicología Social se posiciona para aportar y reforzar el polo de la contradicción que impulsa el progreso de una rueda de la historia hacia una sociedad que defienda nuestros orígenes y, en un hilo incalculable, enlace innumerables batallas que se han dado y continuarán gestándose, para que las mayorías vivan dignamente con lo que por derecho es nuestro.

María Dolores Galiñanes

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