Psicóloga María Dolores Galiñanes

La Psicología Social:

La Relación Dialéctica Entre el Sujeto y el Mundo.

5 minutos de lectura /
28 de Diciembre.

La psicología social ofrece una perspectiva única sobre la condición humana, entendiendo al hombre como un ser cuya subjetividad se configura a través de una relación dialéctica con el mundo. En este proceso, el ser humano se esencializa como un ente histórico-social, uniendo su naturaleza interna con la externa en una interacción constante y transformadora. Esta comprensión resalta que los procesos psíquicos no son innatos ni aislados, sino que emergen del interjuego entre el sujeto y su entorno.

El Vínculo entre el Sujeto y el Mundo.

El bienestar psíquico del individuo depende de su capacidad para adaptarse activamente al mundo externo. Una adaptación activa implica el establecimiento de relaciones no estereotipadas, donde los vínculos fomentan procesos de comunicación y aprendizaje libres de perturbaciones. Estos vínculos se estructuran en dos dimensiones fundamentales:

  1. Intersubjetiva: La relación directa y compartida con otros individuos en el entorno social.

  2. Intrasubjetiva: La construcción interna de estas relaciones, recreadas en la mente del sujeto.

El mundo interno del individuo es, por tanto, una trama relacional que refleja y reinterpreta las interacciones externas. Esta recreación interna no es un espejo exacto, sino una adaptación creativa que enriquece la experiencia subjetiva.

La Salud Mental y el Grupo Familiar.

La psicología social también pone énfasis en la importancia del grupo familiar como unidad básica de la estructura social. La salud mental de un individuo está profundamente entrelazada con la dinámica de su grupo familiar. Un grupo familiar sano está caracterizado por:

  • Una red de comunicación fluida.

  • Roles asignados de manera plástica, que permiten a los miembros adaptarse y asumir nuevos roles según las necesidades del grupo.

  • Apertura a la comunicación y capacidad de aprendizaje continuo.

Por el contrario, la enfermedad mental se comprende como una manifestación de la patología del grupo familiar. En estos casos, el individuo que presenta síntomas se convierte en portavoz de los conflictos grupales, reflejando procesos de comunicación obturados y roles estáticos o disfuncionales.

Hacia una Comprensión Integral del Sujeto.

La psicología social invita a observar al individuo no como una entidad aislada, sino como un ser en constante diálogo con su entorno. La salud mental no se define solo por la ausencia de trastornos, sino por la capacidad del sujeto para participar activamente en relaciones enriquecedoras, tanto con el mundo externo como con su propio mundo interno. Asimismo, resalta la importancia de fortalecer las estructuras familiares como base para un funcionamiento psíquico saludable.

En este marco, la psicología social no solo analiza, sino que también propone estrategias para promover vínculos más saludables y estructuras sociales que fomenten el bienestar colectivo e individual.

 María Dolores Galiñanes

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